martes, 8 de abril de 2014

LEY D'HONT

El sistema de D'Hondt es una fórmula electoral, creada por Victor d'Hondt, que permite obtener el número de cargos electos asignados a las candidaturas, en proporción a los votos conseguidos.
Aunque sobre todo es conocido en el ámbito de la política, este sistema puede servir para cualquier tipo de distribución proporcional.
Se utiliza en los siguientes países europeos: Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda del Norte (en el Reino Unido), los Países Bajos, Polonia, Portugal, la República Checa y Suiza. En América, se utiliza asimismo en los siguientes países: Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. También en Israel, Japón y Turquía. En Chile se utiliza para los cargos de concejal municipal y consejero regional, mientras que en las parlamentarias es ocupado el sistema binominal. En Argentina se utiliza únicamente en elecciones relacionadas al poder legislativo.



Tras la mayoría absoluta del Partido Popular en las últimas elecciones generales, los partidos minoritarios han alzado su voz en las redes sociales para pedir un cambio de la actual Ley Electoral. Y es que el actual sistema de reparto de escaños en España -conocido como la Ley D'Hont- no termina de convencer a las formaciones más pequeñas.
"Nos están robando 14 escaños", dijo el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, al conocerse que su partido había conseguido 11 escaños con un porcentaje del 6,92% de los votos emitidos. Tampoco Rosa Díez se mostró conforme con el reparto de escaños. "No puede ser que a UPyD le cueste un diputado 227.000 votos y a Amaiur 47.000. Es legal pero no es justo", afirmó.
La polémica ha llegado también a Twitter, donde el lema #1Persona1voto aglutina desde el 20N las indignadas opiniones de los contrarios a la actual Ley.
Sin embargo, los expertos no se ponen de acuerdo. Mientras unos defienden el sistema actual porque garantiza la representación de las minorías y achacan los problemas a la 'sobredimensión' de algunas provincias, otros abogan por un sistema proporcional.
¿Cómo funciona la Ley D'hont?
El Congreso se compone de 350 diputados que representan a 52 circunscripciones. El reparto de diputados por circunscripción se hace según la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) y se establece según la población.
Según esta norma, Ceuta y Melilla disponen de un diputado cada una, mientras que Madrid y Barcelona tienen 36 y 31, respectivamente.
Para calcular el reparto de escaños según el sistema ideado por el jurista belga Victor D'hont -utilizado también en países como Argentina, Francia, Bélgica, Finlandia, Israel o Japón- se excluye primero a las candidaturas que no hayan obtenido, al menos, el 3 % de los votos válidos emitidos (contando el voto en blanco).
Con el resto de las candidaturas, se ordenan de mayor a menor, en una columna, las cifras de votos obtenidos. Se divide el número de votos obtenidos por cada candidatura por 1, 2, 3, etc., hasta un número igual al de escaños correspondientes a la circunscripción.
Los escaños se atribuyen a las candidaturas que obtengan los cocientes mayores, atendiendo a un orden decreciente.
Un ejemplo: las elecciones de 2008
En las elecciones de 2008, IU, que se presentó a los comicios en coalición con ICV, consiguió el 3,81% de los votos en el conjunto del país, pero solo obtuvo el escaño de Gaspar Llamazares por Madrid, además del de Joan Herrera por Barcelona en representación de ICV.
Mientras, ERC obtuvo el 1,17% de los votos en el conjunto del Estado, pero al conseguir porcentajes más elevados en las circunscripciones en las que se presentaba en Cataluña logró tres escaños (dos en Barcelona, con el 6,62%, y uno en Girona, con el 13,22% de los apoyos).
¿Es justo este sistema? ¿A quién beneficia?
Según los expertos consultados, podría mejorarse, porque sin duda los beneficiados son los partidos mayoritarios y los perjudicados, los pequeños.
El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Barcelona Josep María Reniú entiende que este método fuera el elegido en su momento para garantizar gobiernos fuertes en la aún joven democracia española, pero ahora, insiste, no es el adecuado.
Asegura, por ejemplo, que da con facilidad mayorías absolutas y, aunque esto no pase, el partido ganador concentra el poder suficiente para no tener que necesitar mucho a los demás a la hora de sacar adelante iniciativas en el Congreso.
La profesora de Derecho Constitucional de la UNED María Acracia Núñez admite que el sistema no es perfecto pero es "menos malo" que otros como el proporcional directo, que se usa en Reino Unido, en el que sólo obtiene representación el que más votos tiene en cada circunscripción.
Reconoce, no obstante, que los grandes son los mejor parados de este sistema y señala a IU y a UPyD como los mayores perjudicados. Ambas formaciones, explica, concentran muchos votos en el conjunto del país, pero como los escaños se atribuyen por circunscripciones esos apoyos se dispersan. Por eso no consiguen en la mayoría de las provincias el porcentaje mínimo de representación para optar a un diputado.
Tampoco les benefician los votos en blanco, porque son considerados válidos para hallar el porcentaje mínimo del 3% y eso hace que después sean necesarios muchos más votos para cada escaño.
Provincias "infladas"
Además, el hecho de que se dé a cada provincia un mínimo de dos diputados hace que las menos pobladas estén sobrerrepresentadas, lo que tampoco ayuda, en opinión de los expertos, a mantener la proporcionalidad.
Así, si Barcelona tiene un censo electoral de 4.027.998 personas que eligen a 31 diputados, esta provincia tiene un representante en el Congreso por cada 129.255 electores, mientras que en Guadalajara, con tres escaños y un censo de 179.538 personas, hay un escaño por cada 25.648 electores.
Reniú explica que en 42 de las 52 circunscripciones hay nueve o menos diputados en juego, con una media de seis, y en muchas de ellas el escaso número hace que normalmente la tercera formación no tenga oportunidad de escaño.
Al final, según el profesor de la Universidad de Barcelona, este sistema lleva a que el Congreso esté siempre copado, en el entorno del 80%, por los dos partidos mayoritarios.
Los electores son cada vez más conscientes de esa situación y los grandes partidos se encargan de recordárselo con sus apelaciones al "voto útil" ante la evidencia de que votar a opciones minoritarias en muchas circunscripciones tiene escasa o nula repercusión en los resultados.
El beneficio de los nacionalistas, un mito
Se suele decir que los partidos nacionalistas son los que más ganan con el reparto de votos que establece la ley electoral. Pero de valer todos los votos lo mismo, tampoco perderían tanto frente al castigo que sufren los minoritarios.
Los más perjudicados serían CiU y Amaiur, que perderían uno y dos escaños respectivamente mientras que los nacionalistas del PNV (5) Coalición Canaria (2), BNG (2), Foro Asturias (1) o GBai (1) mantendrían la misma representación que con el sistema que rige actualmente. E incluso hay formaciones nacionalistas como Esquerra (ERC) que ganarían un escaño, pasando de 3 a 4.



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